Por la tolerancia

 

El XXXII Día Escolar de la No-violencia y la Paz 

y el Año Internacional de la Tolerancia

 

por

Llorenç Vidal

..

 

En 1994 se ha cumplido el tercer centenario del nacimiento de François Marie Arouet, conocido bajo el nombre de Voltaire y autor, entre otras muchas obras, del "Tratado sobre la Tolerancia". Con este motivo la UNESCO  -Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura-  ha declarado 1995 "Año Internacional para la Tolerancia".

Nunca más oportuno que ahora, cuando la intercomunicación mundial ha puesto y pone diariamente de relieve la realidad multicultural del planeta, de los continentes y de los países, lo que exige el desarrollo de actitudes comprensivas, respetuosas, integradoras, tolerantes, cooperativas, abiertas y solidarias.

 

Nunca más oportuno que ahora, cuando desde determinados sectores retrógrados  -a veces, incluso, desde las esferas institucionalizadas de poder que se presentan como progresistas y apelando consciente o inconscientemente a falsos criterios de cohesión-  se reacciona negativamente y se están atizando, en distintos lugares del mundo y sin que nosotros seamos una excepción, los integrismos de distinto orden, la intransigencia, el exclusivismo, la cerrazón, el racismo y la xenofobia, abierta o disimulada e hipócritamente.

 

Y nunca más oportuno que ahora, cuando estas formas comportamentales nocivas contagian a la juventud, alejándola de su natural idealismo y jovialidad. En uno se sus recientes editoriales la revista educativa "Escuela Española" constataba que "el racismo y la violencia juvenil son fenómenos crecientes en las sociedades occidentales, y en España, aunque todavía no es alarmante, empieza a ser preocupante".

 

Por estas consideraciones y por otras muchas que podrían también aportarse, el sembrar, despertar y cultivar el espíritu de tolerancia  -es decir, la actitud de comprensión y respeto hacia las concepciones de la vida, valores, ideas, opiniones y praxis distintas de nuestras convicciones personales y de las convencionalmente aceptadas por nuestra sociedad-  puede ser uno de los objetivos a explicitar con motivo de la práctica del XXXII "Día Escolar de la No-violencia y la Paz" (DENIP), que tendrá lugar el 30 de enero de 1995  -en los países con calendarios escolares propios del hemisferio sur, el 30 de marzo-, en el aniversario del martirio del Mahatma Gandhi, cuyo elevado sentido de la tolerancia y del respeto por la diversidad cultural y religiosa le llevó a morir asesinado por el fanatismo de un integrista hindú. Del lider no-violento de la independencia de la India son estas palabras: "La regla de oro de la conducta humana es la mutua tolerancia, ya que nunca compartiremos todos las mismas ideas".

 

Y es esta tolerancia  -principio básico de la convivencia democrática que Voltaire consideraba un derecho natural y un derecho humano que él aspiraba a convertir en universal-  la noción en la cual deberíamos esforzarnos para desarrollar nuestras ideologías, nuestras actitudes y nuestras conductas, así como el marco del debate intercultural, interétnico e internacional para alcanzar un consenso básico en valores, respetuoso con la pluralidad multicultural de las colectividades e individual de cada ser humano, consenso básico en valores que, una vez comprendido y voluntaria y libremente introyectado y asimilado, constituiría la base ética y la fuerza armonizadora de las distintas formas de autorrealización personal y de la nueva y todavía utópica cohesión de la ciudadanía mundial.

 

Por esto sería de desear que los educadores y los educandos de los distintos niveles, al trabajar el mensaje básico y permanente del DENIP  -"Amor universal, No-violencia y Paz. El Amor universal es mejor que el egoísmo, la No-violencia es mejor que la violencia y la Paz es mejor que la guerra"-  lo contextualizaran y  -por medio de procedimientos activos de orden lúdico, de cooperación social, de comprensión internacional, de instrucción educativa y de despertar interior-  extrajeran de él los principios de tolerancia que le son inherentes y que constituyen la mejor salvaguarda contra el cáncer del fanatismo, de la intransigencia, del racismo, de la xenofobia, de la violencia y de la guerra.

 

Recordemos, con esta ocasión, aquel pensamiento atribuido al autor del "Tratado sobre la Tolerancia", posiblemente recogido de alguna de sus conversaciones y transmitido por sus discípulos, que dice: "Estoy en desacuerdo con cada una de tus palabras, pero defenderé hasta la muerte tu derecho a decirlas". O aquel viejo adagio que reza: "Hermano, si discrepas no me ofendes, sino que me enriqueces". He aquí el concepto de tolerancia expresado en su sentido más elevado y vital.

 

Llorenç Vidal

 

(Última Hora, Palma de Mallorca, 30 de enero de 1995

Escuela Española, Madrid, enero de 1995)

* * *

 

 

* * *

 

 

* * *