Ramón Llull y la Educación

para la Paz

 

por

Llorenç Vidal

 

No podemos dejar pasar la oportunidad que nos brinda la celebración de XLI Día Escolar de la No-violencia y la Paz (DENIP, 30 de enero de 2004, aniversario del asesinato del Mahatma Gandhi) para reflexionar sobre alguno de los aspectos, desarrollos o aportaciones a la Educación No-violenta y Pacificadora, una corriente educativa que, si bien es contemporánea en su formulación teórica, es antigua en su cimentación histórica, como ya se estudió profunda y extensamente, aunque no de una manera completamente exhaustiva, en la Fundamentación de una Pedagogía de la No-violencia y la Paz, publicada en 1971.

 

Y una de estas aportaciones -no por indirecta menos importante, no por antigua menos actual- es la que se deprende de la obra del escritor y filósofo medieval mallorquín Ramón Llull.

 

No vamos a detenernos ahora en los pasajes y episodios de la azarosa vida del autor del bellísimo y místico Llibre d'Amic e Amat (Libro de Amigo y Amado), convertida en poema en la prosa biográfica de Llorenç Riber en su Raimundo Lulio. Ni en su concepción filosófica, estudiada, desde que, en su Historia de la filosofía española: filosofía cristiana de los siglos XIII al XV, Tomás y Joaquín Carreras Artau pusieran las bases del lulismo crítico actual, por numerosos autores, muchos de ellos vinculados a la Maioricensis Schola Lullistica de Baleares, fundada por Francesc Sureda i Blanes y fuente de difusión internacional del pensamiento luliano. Tampoco nos detendremos, aunque se aproxime más a nuestro propósito, en su concepción pedagógica general, que ha constituido el objeto de estudio de Juan Tusquets, quien en su Ramón Llull, Pedagogo de la Cristiandad nos ofrece una summa de la pedagogía luliana.

 

Basta recordar que en el ambiente abigarrado, pintoresco, intercultural y medievalmente cosmopolita del Reino de Mallorca o de Mallorcas, como se le llamaba antiguamente, nace y crece un personaje unitario y polifacético, caballeresco y místico, lógico e irracional, agresivo y enamorado de Dios: Ramón Llull, el utópico y apasionado caballero andante de la fe "a quien -como nos dice Miquel Batllori S.I., en su Introducción a Ramón Llull- miran con simpatía cuantos creen que la filosofía es más bien un esfuerzo por alcanzar la verdad, y con indisimulada prevención cuantos se encierran en un sistema preestablecio como único sistema de verdades prefabricadas".

 

Y, dentro del propósito que nos hemos trazado en este breve comentario, veamos cuatro aspectos fundamentales.

 

Conviene no olvidar que el contradictorio -sublimemente contradictorio- Raimundo Lulio (del que, por mucho que se le admire, como ocurre también con los demás pensadores, no se pueden compartir todas las afirmaciones) no busca directamente la paz, sino que ésta será una consecuencia natural de la vivificación e implantación total de la Ciudad Cristiana universal como marco de convivencia y de educación, y para cuya defensa, además del diálogo conciliador de opiniones contrapuestas, Ramón admite el apoyo de la espada y del brazo secular, representado por la caballería, cuyo origen y comienzo "fue para mantener justicia", como afirma en sus enseñanzas de la Doctrina Pueril. Sin embargo el caballero debe ser "más fuerte por sus virtudes que por su lanza y espada" (Llibre de proverbis).

 

Su poliglotismo, basado en el uso activo, junto a su lengua materna, del árabe y del latín, las dos lenguas internacionales de la Baja Edad Media, le hace precursor de los modernos y contemporáneos movimientos culturales y pedagógicos propulsores de la interculturalidad y de la adopción de una lengua auxiliar internacional, valor que le es reconocido por la mayoría de los teorizadores de los diferentes movimientos interlingüistas. Así Arturo Alfandari, en La langue internationale, estudio-presentación que precede a su Cours Pratique de Neo, escribe:

 

"En el siglo XIII, el genial escritor Ramón Llull despertó el problema. Sugirió al Papa que se situara en cabeza de un movimiento tendente a hacer del latín, que ya gozaba de una internacionalidad entre los intelectuales de los pueblos occidentales, una lengua efectivamente internacional, en el sentido de que sería hablada por todos los estratos de estos pueblos".

 

Esta idea de la lengua internacional se encuentra también, con matices distintos, en Bacon, Descartes, Comenio y Leibnitz, entre otros.

 

Aunque en sí no tenga un propósito directamente enfocado hacia la educación en y para la no-violencia y la paz, interesa reseñar aquí, por su aplicación en educación no-violenta y pacificadora, la aportación de Llull en el campo de la educación moral. Mons. Tusquets que dedicó un documentado capítulo de su obra ya citada a este tema, afirma:

 

"Nos ha legado una Metodología moral propiamente dicha, en la que parecen escucharse ecos de Vicente de Beauvais y resuena ciertamente la voz de Al-Gazel, pero refundidos y superados en una síntesis de horizontes más amplios, de sentimientos más vehementes y de superior calidad pedagógica.

 

"Se apoya esa educación moral en tres métodos, utilizados conjunta y armoniosamente: la formación de la responsabilidad, la formación de la conciencia y la técnica para adquirir o desarrollar las virtudes y combatir los vicios opuestos".

 

En estos métodos -sobre todo en el de formación de la responsabilidad- radica la gran originalidad y vigencia del procedimiento didáctico-ético luliano, a la vez que es uno de los grandes entronques con la pedagogía de la no-violencia y la paz, sobre todo en la concepción de los tres objetivos básicos de ésta, tal como es presentada por la obra del DENIP: conscienciación, ejercitación y responsabilización fraternales, no-violentas y pacificadoras.

 

Ramón Llull, pedagogo concreto, capaz de ilustrar a sus lectores mediante multitud de ejemplos entresacados de la vida diaria o ideados por su ingenio novelesco, en el capítulo 82 de su Llibre d'Evast e Blanquerna nos ofrece el paradigma del ser humano pacificador, es decir, amante de la paz y productor de paz, que constituye el ideal de la educación pacifista, en la persona del cardenal que encarna el versículo del Gloria que dice "et in terra pax hominibus bonae voluntatis" y que está encargado del ministerio de la pacificación entre los hombres y entre los reinos. Para alcanzar sus fines usa multiplicidad de procedimientos didácticos: condenación de la ira, elogio de la alegría en las relaciones mutuas, voluntad de entendimiento mutuo, amor, humildad, otorgación mutua de la verdad, intercambio de regalos y presentes, fijación y consecución de objetivos comunes que fomenten la solidaridad, condenación de la envidia y supresión de sus causas, presencia de hombres devotos que prediquen la paz con su palabra y su ejemplo, uso de la no-violencia (aunque Raimundo no utiliza esta denominación, que es más moderna en el vocabulario del mundo occidental) mediante la aplicación práctica del consejo evangélico de ofrecer la túnica a quien nos robe el manto, es decir, mediante la cesión de la totalidad o parte de nuestros derechos para que el contrincante se autoconvenza de la justicia, anulación de los celos por la mortificación de las palabras y la lectura de los textos sagrados, vida religiosa y menosprecio de los bienes materiales y honores humanos, mediación de personas de paz en los conflictos, etc., todos ellos medios prácticos de formación y de pacificación de los seres humanos ofrecidos mediante la sencillez didáctica del apólogo, procedimiento favorito, en su docencia literaria, filosófica y mística, del Maestro mallorquín.

 

Universalismo y convivencia pacífica en el seno de la ciudad mundial, diálogo, preferencia de los métodos y medios no-violentos sobre los violentos, poliglotismo, interculturalidad, responsabilización ética personal y el paradigma del pacificador: he aquí, esquemáticamente, lo esencial y más vigente de la aportación luliana a la construcción, desarrollo y aplicación de la educación no-violenta y pacificadora y de la pedagogía de la no-violencia y la paz.

 

Llorenç Vidal

 

(Escuela, Madrid, 29 de enero de 2004

Última Hora, Palma de Mallorca, 30 de enero de 2004)

 

* * *

 

Viñeta ilustrativa del número XXVI de los Cuadernos Literarios PONENT, monográfico sobre la Vigència de Ramon Llull (1962), y perteneciente a los fondos de la antigua Imprenta Atlante de Palma de Mallorca

 

* * *

 

 

* * *

 

 

* * *