Alguien
dijo que las guerras y las batallas deberían ser sustituidas por
encuentros de fútbol o por juegos florales. El ingenuo optimismo de
esta afirmación queda actualmente desvirtuado por la tensión,
agresividad y violencia que ha invadido los estadios y por la fama de
arbitrariedad, manipulación y amiguismo que -con razón o sin ella, no
lo sé exactamente- se han ido ganando con el transcurrir del tiempo los
premios y los concursos literarios. Sin embargo, desvinculados del
gusanillo de la competitividad, algo sí podrían hacer los encuentros
poéticos -siempre que no sean manipulados por camarillas, capillitas o
mafias literarias- en favor de la coexistencia, de la tolerancia e,
incluso, de la convivencia pacífica entre los pueblos.
Y es por este motivo
que traigo a esta tribuna el reciente Encuentro de Poetas en el
Estrecho, cuyas aportaciones han sido publicadas bajo el título Arribar
a la Bahía y que reúne contribuciones de poetas de las dos riberas
del Estrecho de Gibraltar, en un abrazo de esperanza promovido y
coordinado por la poetisa algecireña Paloma Fernández Gomá, que, con
gran claridad de ideas, afirma:
"Pensé
que Gibraltar, Marruecos y España estaban avocados a un
intercambio y no había una actitud mejor para iniciar este
contacto cultural, que plantearlo a través de la literatura.
Entonces surgió la poesía como heredera de la esencia humana,
capaz de no sucumbir nunca, aunque los tiempos le sean adversos
y suscitar siempre la pasión, el acercamiento y la reflexión. La
poesía, seriamente amenazada en los momentos actuales por el más
voraz de los anonimatos, sería la encargada de posibilitar ese
nexo adormecido por siglos de olvido, y abrir el camino de una
futura comunicación entre los que convivimos entorno a la Bahía
de Algeciras y el
Estrecho de Gibraltar". |
No
voy a glosar todo el conjunto de las ricas aportaciones, ya que ello
requeriría una extensión desmesurada, por lo que, asumiendo la
limitación que significa, me referiré únicamente a la presencia
magrebí, dejando para otros comentaristas las presencias gibraltareña
y española, todas ellas enlazadas en un bello mosaico multicultural.
Entre
los poetas marroquíes de expresión francófona encontramos a Malika el
Assimi, de Marrakech-Rabat; Mohamed El Jerroudi, de Tetuán, y Mohamed
Serghini, de Fez; entre los de expresión hispánica a Mohamed Chakor,
residente en Madrid; Abderramán El Fathi y Ahmed Mohamed Megara, de
Tetuán; Mohamed Sibari y Yassine Sibari, de Larache; y entre los de
expresión árabe a Mohamed Bennis, de Mohammadia; Aboubakr Lemtouni y
Ahmed Tribak Ahmed, de Tánger; Mohamed Maimouni y Khalid Raissouni, de
Tetuán; Abdelkrim Tabbal, de Chef Chaouen o Xauen, y Mohamed Tobi, de
Kenitra.
El
poeta gaditano Juan José Téllez Rubio, ex-director del diario "Europa
Sur" de Algeciras, en su pormenorizada y precisa presentación,
titulada "Versos de tres orillas",
habla de que se trata de "un libro
mestizo" cuyos "participantes
también lo son". Distintas
inquietudes -fraternidad de pueblos vecinos, nostalgias de separación,
reivindicaciones ancestrales, en "un
reino de tinieblas y de amores",
como dice, desde una poética profundidad atávica, Ahmed Tribak Ahmed
(versión de Mustapha Adila), etc.- palpitan en los versos de estos
poetas norteafricanos que en este encuentro intercultural se asoman
hasta nosotros y reciben, a la vez, el saludo amistoso de otros poetas
de Gibraltar y de España, de esta España que, desde los miradores la
bella y fascinante ciudad de Tanger, se dibuja, en los inspirados versos
de Aboubakr Lemtouni, en traducción de Khalid Rissouni,
"Cual isla
emergente del diluvio |
De día es lingote de plata |
Y de noche oro alucinante". |
En
algunas composiciones encontramos reflejado el drama del Estrecho, la
tragedia de las innecesarias muertes causadas por el bunker europeo
establecido por las leyes de extranjería. Así, Mohamed Chakor,
asumiendo la voz del emigrante, desgarradamente exclama:
"Mi vida tiene
semblante de muerte. |
Soñar con emigrar es el pan cotidiano |
para paliar el hambre". |
Y
Abderramán El Fathi, con voz casi salmódica de múltiples
interpretaciones, dice:
"Te busqué por todos
los rincones |
y el mar va creciendo |
y sigo buscando. |
Las olas descansan en las playas |
y yo sigo buscando. |
El viento me trajo tu camisa |
y yo sigo buscando. |
Te enterraron |
y sigo buscando. |
Las gaviotas trajeron tu anillo |
sigo buscando. |
Te veo en las crispadas aguas del Sur |
y sigo buscando. |
Mojo mis manos en el mar |
siento tus caricias |
y sigo buscando. |
Me ahogué en el mar |
y sigo buscando". |
Mallorca está presente
en este Encuentro del Estrecho a través de mi poema "Meditación
en la Bahía de Algeciras", donde,
además de un herido lamento por los "héroes
sin estandarte" que mueren sin
conseguir abrazar las dos riberas del estrecho, contiene un canto a la
fraternidad de los dos continentes en su encrucijada geográficamente más
cercana y a la vez, por motivos políticos, ¡qué
pena!, tan lejana:
"La bahía mira al
cielo |
y se refleja en el baile |
de olas que danzan y juegan |
entre poniente y levante. |
Al sur la costa rocosa: |
Ksar-el Seguir, Ceuta, Tánger |
y el perfil de Djebel Mussa |
entre el mar azul y el aire". |
Un encuentro de buena
vecindad que, en un abrazo literario, intenta contribuir a la buena
convivencia intercultural entre el sur de Europa y el norte de África, en
un momento determinado, el inicio de tercer milenio, en el que, como antes
y como siempre, entre alegrías y pesares, seguirá difuminándose la
transitoriedad de la vida. Son las reflexivas palabras de Mohamed El
Jerroudi, en traducción de Manuel Grau Melguizo:
"Mariposas del
Estrecho, |
¿por qué decidme, pasan
nuestros días, |
delante de nuestros ojos, |
como si fueran estrellas fugaces... |
y es tan breve la vida, nuestra vida, |
más que breve...?" |
Malika El Assimi,
Mohamed Bennis, Mohamed Chakor, Abderramán El Fathi, Mohamed El Jerroudi,
Aboubakr Lemtouni, Mohamed Maimouni, Ahmed Mohamed Megara, Khalid
Raissouni, Mohamed Serghini, Mohamed Sibari, Yassine Sibari, Abdelkrim
Tabbal, Mohamed Tobi y Ahmed Tribak Ahmed, quince poetas que -unas veces
con ecos cadenciosos de la poesía arábigo-andaluza y otras con la
hondura del vivir existencial- nos traen el canto y el lamento poético de
un sector de la literatura marroquí contemporánea.
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