La Roqueta” en el centenario

de Mateu Obrador

 

por

Llorenç Vidal

 

 El concepto de "sa roqueta" o de "la roqueta" –depende de que usemos el lenguaje popular o el satandard literario-, definida, entre otras acepciones, por el "Diccionari català-valencià-balear" como "nom que els baleàrics donen a la respectiva illa natal" y de una equivalencia aproximada a la noción de patria chica, es un concepto profundamente vinculado al alma insular sin distinción de ideologías, ya que por su contenido fundamentalmente sentimental hace referencia a una idea romántico-regionalista no excluyente y compatible con otros marcos de convivencia más amplios, como puedan ser el de la patria política y para los universalistas, entre los que yo me cuento, el de la patria universal. Y por su fuerte vinculación al alma insular ha tenido su reflejo explícito o tácito en numerosas obras del arte y de la literatura isleños.

 

Una de estas presencias es el poema "La Roqueta" del lulista Mateu Obrador i Bennàssar, del que en este año se cumple el primer centenario de su fallecimiento. Es un poema extenso y solemne acorde con sus composiciones épicas y que contrasta con otras composiciones más sencillas del mismo autor y dotadas de un aire fresco de madrigal, como son, por ejemplo, "Enamorament" y "La clau d’or", testimonios de un lirismo intimista y de un romanticismo tardío y refinado, como refinado fue el romanticismo intimista de Gustavo Adolfo Bécquer y de Rosalía de Castro.

 

Dejando aparte este dualismo entre su romanticismo épico y su romanticismo intimista, que no se contraponen, sino que se complementan, y también su faceta de intelectual y de investigador y erudito luliano, centrémonos en el poema objeto de esta reflexión.

 

"La Roqueta" se abre con una invitación a subir al Puig Major, para exclamar a la llegada:

"Quin alenar més ample! Oh estada delitosa

damunt aquesta altura, sens penes ni perills!

Aquí l’amada terra tota sencera es mostra,

la patria benvolguda, la dels avis, la nostra,

la que ho será dels fills."

 

Y la panorámica sobre Mallorca –idealizada por el poeta como "copeta d’or, refugi de quietud i pau"- le sirve de pretexto para una disquisición geográfica, histórica y sociológica, en la que expresa su amor, su entusiasmo y su esperanza lanzada al futuro. Sirvan de ejemplo estas dos estrofas en las que lo geográfico, lo sociológico y lo histórico se entrelazan con una gran naturalidad:

 

"Allà lluny hi rumbegen per tot el pla escampades,

Artà amb ses coves fondes, la rica Felanitx,

la vella Montuïri, Binissalem fruitera,

Manacor populosa, i Algaida allà on era

la vella Castellitx.

 

"Los jornalers que cerquen el pa de cada dia

envia a fora terme la pobra Santanyí;

i Llucmajor s’aixeca devora la planura

on batallant moria, un jorn de desventura,

l’últim rei mallorquí".

 

Y así, desgrana sucesivamente las distintas contrades de la isla, del llano y de la montaña, de la costa y del interior, como en un rosario de perlas devocionales, como un collar dedicado a la "benhaurada terra" que el poeta tanto ama y que es "la pàtria del gran Llull".

 

No se puede esconder la influencia lamartiniana en este poema de Mateu Obrador, como tampoco se puede disimular esta misma influencia en el poema máximo de nuestra literatura, "El Pi de Formentor" de Miquel Costa i Llobera, una influencia lamartiniana –recordemos "Le vallon", "L’isolement" o "Le lac" del gran romántico francés- que se observa en la forma y en el fondo de "La Roqueta". Sírvanos de ejemplo esta estrofa:

 

"El jovençà t’enyora, des que en la nau s’embarca

i viu en terra externa cercant saviesa o guany;

en tu a tothora pensa, ple d’enyorança plora,

i sa ànima fa festa quan a la fi ve l’hora

de retornar cada any".

 

¡Cuánta verdad hay en esta serena descripción de la añoranza y bien lo sabemos, por experiencia propia, los mallorquines que vivimos fora de Mallorca!

 

Mateu Obrador i Bennàssar (Felanitx, 1853 – Palma, 1909), un intelectual, lulista y poeta con un acendrado amor a su tierra, a su roqueta natal, un hito inolvidable en la devenir del pensamiento y de las letras baleares.

 

Llorenç Vidal

 

(Ultima Hora, Palma de Mallorca, 19 de junio de 2009)

 

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