El poeta Llorenç Moyà y Nadal

 

por

Llorenç Vidal

 

 

 

Llorenç Moyà, el año de la concesión de la Copa d'Argent de les Lletres Balears (1963),

instituida por los cuadernos literarios Ponent en 1961 y vigente hasta 1965

 

La celebración este año, promovida por el Ayuntamiento de Binissalem, del vigésimo quinto aniversario de la muerte del poeta mallorquín Llorenç Moyà (1916-1981), presenta una oportunidad magnífica para glosar distintos aspectos de su multivariada personalidad. Y uno de los aspectos que conviene recordar es su relación con los cuadernos literarios "Ponent", una relación que se hizo cotidiana e íntima, tanto por su diaria presencia en la tertulia originada alrededor de la revista en los desaparecidos café Fígaro, Diagonal y Pesquero, entre otros más esporádicos, como por su publicación frecuente de aportaciones originales y traducciones, al mismo tiempo que por su contribución en la revisión de originales y corrección de pruebas en los acogedores talleres de la Imprenta Atlante, dirigida por el polifacético Pere A. Serra Bauzà, durante muchos años. De los escritores de la primera generación mallorquina de postguerra, fue -junto a Josep Maria Palau, Martí Mayol, Miquel Gayà, Bernat Vidal i Tomàs, Josep Maria Llompart, Miquel Bota Totxo, Miquel Dolç y Jaume Vidal Alcover, entre otros- el más estrecho colaborador de los desaparecidos "quaderns literaris".

 

Difícil y harto pesado sería relacionar todas sus aportaciones publicadas en "Ponent", amén de pesado para los lectores, pero sí puede ser ilustrativo mencionar alguna muestra. Por este motivo voy a centrarme en su "Retaule de Nadal" ("Ponent" número II, hivern 1956), un tríptico integrado por cinco octavas reales de una perfección métrica inigualable y digna del autor del "Flos Sanctorum" y de "La posada de la núvia".

 

La primera parte, titualada "De camí", formada por dos estrofas, glosa la legendaria y árdua ruta de José y María hacia Belén y se inicia con estos versos del más puro y afilagranado estilo barroco:

 

"No digueu pi balsàmic ni que mata

d'amor la mata al qui no troba hostal.

Fuster que portes un brotet de mata

als llavis i, malgrat, un baf de sal

a cada pit per al teu prec esclata

quan demanes el pa a cada portal".

 

En "Sol d'innocents", que en otras dos estrofas canta el nacimiento de Jesús, se culmina con la pregunta de un pastor seguida de una metafórica reflexión poética:

 

"-¿De nit i veig el sol?-, emperò els savis

diguessin, llibre obert: -No ho és el sol!-;

mentre el poder, tot abocant-se als llavis,

prometés dons i dons, però, ja sol,

pel Coll nu de brossat volgués la via

d'un collar de robins i argenteria..."

 

Y termina el retablo con una espléndida octava que canta la "Epifania":

 

"Dolços reis que passau per la sendera

llenegadissa del nocturn argent

i deixau inflamada la quimera

com un gran núvol encalçat pel vent,

vostre luxe ha daurat la llarga espera

de la fam; pel diari esllanguiment

mans captaires amb trèmols de colomes

li fan, roents, un coixinet de plomes".

 

Distinta y complementaria de este poema es esbelta décima del "Flos Sanctorum" titulada "Nadal", que, junto con otras dos décimas -"Els Sants Innocents" y "Epifania"- forman un subconjunto de escenas navideñas de matiz rococó, y que concluye con estas palabras:

 

"Adora i canta, esperit,

ta cançó de seda i malva,

car sobre els coixins de l'alba

el Minyó s'ha condormit."

 

Navidad de 2006. Llorenç Moyà Gilabert de la Portella. Veinticinco años del fallecimiento -independientemente de las ideologías y de los debates lingüísticos- de uno de los mejores poetas de la literatura mallorquina y balear contemporánea.

 

Llorenç Vidal

 

(Ultima Hora, Palma de Mallorca, 16 de diciembre de 2006)

 

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