Reino de Mallorca: Jaume III

 

Miniatura del Códice de los Reyes de Mallorca (supuestamente Jaime III jurando los privilegios del Reino), en el Arxiu Històric del Regne de Mallorca

 

"Evocación poética de Jaime III,

Rey de Mallorcas"

(+ 25 de octubre de 1349)

 

por

Llorenç Vidal

 

La heroica muerte de Jaume III, Rey de Mallorcas, en la batalla de Llucmajor (1349) ha sido uno de los temas recurrentes de la literatura mallorquina desde el renacimiento literario insular hasta nuestros días. Recordemos, como un ejemplo, el famoso drama La campana de la Almudaina (1859) de Juan Palou i Coll, cargado de emotivos tintes románticos regionalistas y una de las piezas claves del teatro balear, hasta la evocación vívida realizada por Maria Antònia Salvà en su bellísimo poema leído en la inauguración del monumento levantado en el Camp de sa Batalla en 1949, en el sexto centenario del trágico acontecimiento, y que en una de sus cuartetas reza así:

"Jaume terç, valent i noble,

sempre august en la dissort,

regna encar damunt ton poble

per l'amor qui venç la mort!"

 

Igualmente podemos recordar el espléndido soneto de Llorenç Riber titulado A Jaume III, Rei de Mallorca, amb motiu d'ésser traslladades des de València a la Catedral de Mallorca les règies despulles y que en su primer cuarteto canta así el retorno de los despojos del Rey mártir a nuestras y sus Islas después de varios siglos de forzado destierro póstumo, ordenado, ya después de haber sido muerto y posteriormente degollado, y previa una breve estancia en la Iglesia de Llucmajor, por Pedro IV, Rey de Aragón y Conde de Barcelona:

"Oh, redimit Monarca! Entrau fiadament

que les perjures portes ja us obrí la Ciutat.

Són morts tots els Centelles, i us porta rescatat

la raça renascuda en noble sometent".

 

Sin embargo -poco conocido por haber sido sistemáticamente ignorado el Reino de Mallorca o de Mallorcas en los manuales de Historia de España estudiados en los bachilleratos e incluso en las facultades universitarias y casi silenciado cuando no vilipendiado, para aminorar su importancia, en los tratados sobre Historia de la Corona de Aragón- han sido escasos los poetas no isleños que han cantado la epopeya de Jaime III. Y es por esto que en este seiscientos cincuenta y cuatro aniversario del magnicidio cometido por las tropas de Pedro IV capitaneadas por Gilabert de Centelles, creo interesante traer aquí dos composiciones recientes realizadas por dos poetas peninsulares, un extremeño y un andaluz, quienes en sus visitas y estancias en nuestra isla quedaron impresionados por el heroísmo subyacente en este trágico suceso. Ambas han sido publicadas en el número 26 (diciembre de 2002) de la revista cultural Tántalo, este milagro literario que realiza trimestralmente en Cádiz el escritor Antonio Rodríguez Lorca, sobrino del autor del Romancero gitano.

 

Uno de ellos, Eulogio Díaz del Corral, pintor, historiador, pensador y poeta nacido en la fronteriza villa de Zarza la Mayor, en su romance Jaume III de Mallorca dice así:

 

"Y Pedro IV pensaba

que mató a Jaime III,

sin saber que trasmutaba

su sangre en flores de almendro,

que cubrirían los campos

de un blanco-rosa sereno.

¡Pedro IV! ¡Pedro IV!

¡Qué oscuridad llevas dentro!

No sabes que el Rey Don Jaime

reinará a través del tiempo,

que el corazón de su gente

lo guardará en su recuerdo...

¡Feliz es el rey que reina

en el alma de su pueblo!"

 

El otro, José María Sánchez Sánchez, nacido en la ciudad blanca de Arcos de la Fontera y también historiador y poeta, en su Romance de Jaime Tercero, Rey de Mallorca canta así:

 

"Cuando el rey Jaime Tercero

en la batalla caía,

rodó la austera corona

que de Mallorca ceñía.

¡Ay del bello reino amado,

cuya corona perdía!

¡Ay, tristeza del morir

por mor de la mano fría!

Llora don Jaime Tercero

en tanto su vida se iba,

y en el envés de sus lágrimas

esta visión parecía:

bella Mallorca perenne

que, de montañas ceñida,

pétrea corona portaba,

por largos soles bruñida,

y albos almendros gozosos,

perla en flor que profetiza

para sus campos amados

primaveras infinitas.

Un ruiseñor lastimado

dábale su melodía:

'Serás siempre rey amado

de las gentes de estas islas,

más largo será el amor,

que dura la cruel herida'.

Y hasta el rostro ensangrentado,

al milagro de esta vista,

subióle a Jaime Tercero

la más serena sonrisa.

Sobre la muerte triunfaba

tan excelsa dinastía".

 

Dos bellísimos romances históricos que vienen a enriquecer la corona de evocaciones literarias y poéticas que a través de los tiempos se han dedicado a nuestros reyes privativos, desde Jaime I el Conquistador hasta Isabel Regina Majoricarum, especialmente a Jaume III y a su hijo Jaume IV, y que en este aniversario -doloroso o, por lo menos, nostálgico para los baleares conscientes y amantes de nuestras Islas- pueden ser un acicate para hacernos reflexionar sobre el significado histórico del Reino de Mallorcas (Balearicum Regnum) y el auténtico sentido de la mallorquinidad, de la balearidad y del cosmopolitismo, tanto en su sentido insular intrínseco como en sus dimensiones multidimensionales, nacionales e internacionales, especialmente en relación con las demás autonomías de la antigua Corona de Aragón, con el conjunto de España y con Europa, que son nuestros marcos referenciales en la actualidad.

 

Y para concluir esta evocación conmemorativa, a las anteriores aportaciones poéticas voy a unir una mía, un zéjel asonantado escrito en mallorquín popular que se titula y dice así:

 

Evocació d'En Jaume III,

Rei de Mallorques

 

Silenci, un fondo silenci,

en es Camp de sa Batalla!

El Rei de Mallorca ès mort

i es capvespre s'endavalla.

Jaume III ès ara un màrtir,

un mite i una esperança.

Silenci, un fondo silenci,

en es Camp de sa Batalla!

Llorenç Vidal

 

(Última Hora, Palma de Mallorca, 8 de noviembre de 2003)

 

* * *

 

 

* * *

 

 

* * *