"Lunas de Guadalmesí"

de Manuel Fernández Mota

 

por

Llorenç Vidal

 

"Dios siempre está donde el ojo del hombre contempla la belleza". Con estas palabras como frontispicio se abre el libro de poemas "Lunas de Guadalmesí". Guadalmesí  -y esto se explica en una nota aclaratoria previa-  es un río de la provincia gaditana, en el término municipal de Tarifa, que, después de recorrer por terreno muy quebrado desagua en el Estrecho de Gibraltar y su nombre, de origen árabe, significa "río de mujeres", río de mujeres que, en uno y otro sentido  -por el puente, claro está-  en mis caminares andaluces he cruzado centenares de veces.

 

El autor de la obra, Manuel Fernández Mota, autor-editor y promotor de numerosas iniciativas y actividades literarias, como la revista, la colección y el premio "Bahía"; las colecciones poéticas "Sur y Remo", "Cuadernos de la Almoraima", "Portus Albus"  -en la que se incluye ésta, su última obra-, y el "Homenaje Bahía Poesía del Sur", entre muchas otras, nació en Sayalonga, pueblecito de la Axarquía malagueña, en 1924. Siendo el hijo más pequeño de una humilde familia campesina de nueve hermanos, tuvo que dedicarse al trabajo del campo y al cuidado del ganado, pero, ya de muy niño, sintió despertar en él su amor por el estudio y por la poesía. Su maestra D.ª Remedios Cruz Marín, que él recuerda con gran cariño, le guió en el inicio de sus primeras lecturas de los mejores escritores y poetas de todos los tiempos, desde Homero hasta los modernistas, como el también malagueño Salvador Rueda. Casado, con ya cinco hijos y a la edad de treinta y cinco años, empezó el Bachillerato en Algeciras  -donde había pasado a residir con su familia-, cursó los estudios de Magisterio y ha ejercido de Profesor estatal de EGB hasta su reciente jubilación en esta última ciudad, en la que ha desarrollado toda su actividad literaria.

 

"Destellos del barro", "Diálogo astral", "Versos doloridos", "La voz estremecida", "La horas maduras", "Los muñecos de Prometeo", "La noche de los profetas", "Sonetos calpenses", "Poemas de Bahía"  -donde recoge las composiciones publicadas en la desgraciadamente desaparecida revista del mismo nombre-  y "Apuntes al óleo sin arco iris" son los distintos peldaños que le conducen hasta su actual libro, de gran madurez poética, "Lunas de Guadalmesí", donde el poeta, sin abdicar de su grito desgarrado, característico de obras anteriores, mantiene su compromiso de denuncia social en algunos de los poemas del "carmen de la luna grávida" y desarrolla nuevas dimensiones estéticas antes latentes en las demás secciones del texto: "carmen de la luna niña", "carmen de la luna llama" y "carmen de la luna muerte", culminando con el gran canto a la vida desarrollado en su "último poema", que sirve de colofón al conjunto.

 

Rico en imaginería metafórica  -Fernández Mota es un poeta mediterráneo-, prescinde, en su estilismo gráfico, de las letras mayúsculas y de la puntuación tradicional, que suple, en parte, por barras señalizadoras de algunas pausas y hemistiquios.

 

Veamos dos bellísimos ejemplos de su poética, pertenecientes al "carmen de la luna niña". El primero, que es un estímulo a la esperanza y a la autosuperación, con lejanos tintes machadianos, dice así:

 

"que te dicen que no es

posible coger la estrella

¡pues la tienes que coger!

 

"que te dicen que no es

posible romper cadenas

¡pues las tienes que romper!

 

"que te dicen que no es

el agua para el sediento

entonces ¿para quién es?

 

Y el segundo, un breve canto de dimensión cósmica, en la traducción mallorquina que he realizado para este artículo, versión en la que  -por su técnica del verso libre-  ha sido posible respetar la doble dimensión de contenido y forma, nos habla de esta modo:

 

"tot l'univers

tot l'espai rosa i blau

els astres i les calitges

la rel i la libèl.lula

l'oruga i la pedra

tot

ple està d'eternitat i de temps".

 

Eternidad y tiempo que Manuel Fernández Mota, empuñando su "viejo cayado de romero", recorre a través de los cuatro simbólicos "carmina" (poemas, en latín) de las "Lunas de Guadalmesí".

 

Llorenç Vidal

 

(Ultima Hora, Palma de Mallorca, 1 de junio de 1990)

 

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