Consideraciones sobre educación y desarme

en el 43 DENIP

 

por

Llorenç Vidal

 

Treinta de enero de 2006, aniversario de la muerte del Mahatma Gandhi y 43 "Día Escolar de la No-violencia y la Paz" (DENIP), una conmemoración de cada año más necesaria, vistos los retos a que está sometido el mundo actual.

 

Han pasado ya veinticinco años cumplidos -fue en junio de 1980- desde que se celebró en París, en la sede de la UNESCO y convocado por ese organismo internacional, el Congreso Mundial de Educación para el Desarme, que dedicó su atención fundamentalmente a dos campos, el pedagógico y el informativo. En el primero se abordaron los problemas y perspectivas de la educación para el desarme en el mundo, tanto en el marco del sistema escolar y universitario como en el sistema paralelo de la educación permanente, en la educación de adultos y en la educación extraescolar. En el segundo se estudió la problemática de los mass media en la información objetiva sobre los peligros del belicismo y de la carrera armamentista, así como las ventajas del desarme para el desarrollo de los pueblos.

 

El congreso aprobó un documento final que comprende los "Diez principios de la educación relativa al desarme", que fueron ampliamente difundidos, así como unas extensas recomendaciones y sugerencias complementarias para llevar a cabo esta tarea en los campos de la formación y de la comunicación.

 

El primer principio, referente a la relación de la educación con el desarme, enmarca la educación relativa al desarme como un componente de la educación para la paz y nos dice que "todos los que trabajan en la educación y la comunicación pueden contribuir a la educación relativa al desarme tratando de comprender mejor y de conseguir que los demás comprendan mejor los factores en que se basan la producción y la adquisición de armamentos, las repercusiones sociales, políticas, económicas y culturales de la carrera de armamentos y el grave peligro que constituye para la supervivencia de la humanidad la existencia y posible utilización de las armas nucleares". Sin duda y visto lo acontecido en este cuarto de siglo, desde 1980 a 2006, a la expresión de "armas nucleares" tendríamos que añadir las armas bacteriológicas, las químicas y -¿por qué no?- también las convencionales, de cada día más sofisticadas.

 

Para unificar conceptos a efectos didácticos, en el segundo principio define el desarme con estas palabras: "Para los fines de la educación relativa al desarme, deberá entenderse por desarme toda forma de acción encaminada a limitar, controlar o reducir los armamentos, incluidas las iniciativas unilaterales de desarme y, a la larga, el desarme general y completo bajo control internacional efectivo. Deberá entenderse, asimismo, como un proceso encaminado a transformar el sistema actual de Estados nacionales armados en un nuevo orden mundial de paz planificada sin armas en el que la guerra deje de ser un instrumento de la política nacional y los pueblos determinen su propio futuro y vivan en una seguridad basada en la justicia y la solidaridad". Para ello se requiere la difusión libre de informaciones fidedignas y objetivas, así como preparar a los educandos -y educandos en sentido amplio somos todos los ciudadanos, ya que la autoeducación es una continua tarea siempre inacabada- "en el estricto respeto por la libertad de opinión, expresión e información, para oponerse a la incitación a la guerra, la propaganda y el militarismo en general".

 

En relación con los criterios hemos de destacar los siguientes aspectos: tener en cuenta los principios del derecho internacional basados en la Carta de las Naciones Unidas, especialmente la abstención de recurrir a la amenaza o al uso de la fuerza contra la integridad territorial o la independencia política de los Estados; el recurso a la solución pacífica de las controversias, la no intervención en los asuntos internos y la libre determinación de los pueblos; la acción civil no-violenta y la solución no-violenta de los conflictos; el desarrollo de las libertades individuales y colectivas fundamentales; el respeto a los derechos humanos, incluido el derecho a la objeción de conciencia y el derecho a negarse a matar; el estudio de las causas profundas de la violencia individual y colectiva y de las causas objetivas y subjetivas de las tensiones, crisis, controversias y conflictos que caracterizan las actuales estructuras nacionales e internacionales y reflejan factores de desigualdad y de injusticia, etc.

 

1980. 2006. Veinticinco años después y con motivo del 43 "Día Escolar de la No-violencia y la Paz", que en el seno de la no-violencia incluye los conceptos de desarme de las conciencias en el campo individual y de desarme nacional e internacional en su vertiente colectiva, me pregunto: ¿los políticos, los industriales, los periodistas, los educadores, los ciudadanos en general hemos meditado, sacado las consecuencias y aplicado estos principios en nuestros respectivos campos de acción? Me temo -vista la producción, el almacenamiento y el semioculto y disimulado tráfico de armamento actual, farisaicamente camuflado por los poderes establecidos- que no podemos autoengañarnos ni ser optimistas, sino que debemos reconocer que desgraciadamente en nuestro país y en el mundo todavía queda mucho, muchísimo, tal vez casi todo, por hacer. Por esto hay que saludar con un prudente optimismo la reciente ley española 27/2005, de 30 de noviembre ("Boletín Oficial del Estado" de 1 de diciembre) de fomento de la educación y la cultura de la paz, en el marco del Decenio Internacional para la Cultura de Paz (2001-2010) proclamado por las Naciones Unidas, en el sentido de que puede ayudar a crear unas actitudes políticas positivas y un ambiente propicio para las actividades y programas, actuales y futuros, conducentes a una educación de la ciudadanía en los valores de la paz, la no-violencia, la tolerancia, la solidaridad, el desarme, el respeto a los derechos humanos, etc., en un clima favorable y muy diferente del clima indiferente -incluso hostil- que reinaba en la década de los años sesenta, cuando tuvo lugar la creación y los difíciles, muy difíciles, primeros años de la pionera obra del "Día Escolar de la No-violencia y la Paz", fundado en España en 1964, en la actualidad difundido y practicado internacionalmente y germen de una educación en y para la tolerancia, no-violencia y la paz de carácter universal, libre, abierto, profundo y permanente.

 

Llorenç Vidal

 

(Escuela, Madrid, 26 de enero de 2006

Última Hora, Palma de Mallorca, 27 de enero de 2006

La Voz de Cádiz, Cádiz, 31 de enero de 2006

Revista ANPE-Andalucía, Jaén, n.º 141, enero-febrero 2006)

 

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