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El concepto estoico de

"ciudadanía mundial"

en el XL DENIP

por

Llorenç Vidal

 

 

(Paloma de la paz por Eulogio Díaz del Corral)

 

En la planificación, programación y desarrollo de una educación para una cultura de la paz y la no-violencia, para usar el rebuscado lenguaje actual de la UNESCO, no podemos olvidar que, en cierto modo, educación y cultura son dos conceptos reversibles, ya que grosso modo la educación no es más que la cultura subjetiva y la cultura no es sino la educación objetiva u objetivada.

Y en la promoción de esta educación o de esta cultura subjetiva y objetiva para la paz y la no-violencia -de la que el Día Escolar de la No-violencia y la Paz (DENIP), del que en este 2003 se practica la XL edición anual ininterrumpida desde su fundación en 1964, es una acción pionera en España y en el mundo- hay una idea básica que explícita o implícitamente tratan de minimizar los multiformes, retrógrados y contagiosos tribalismos localistas e integrismos sectarios contradictoriamente emergentes al final del siglo XX y en estos inicios del XXI. Esta idea básica es el concepto de ciudadanía mundial que, nacido en tiempos remotos, se ha desarrollado, estacionado, eclipsado y resurgido una y otra vez a través del devenir histórico de la humanidad. Es más, han surgido espejismos erróneos que pueden llevarnos a comprenderla deficientemente o a malinterpretarla y, en consecuencia, a desviar la educación conducente a la conscienciación, ejercitación y responsabilización de la misma, especialmente cuando su interpretación procede o se apoya en iniciativas políticas, gubernamentales o intergubernamentales.

Así, por ejemplo, algunos autores han intentado ver en el imperialismo macedónico y romano el nacimiento de la idea universal. Y aunque sí es verdad que los imperios de Alejandro Magno y de Augusto, disfrazados de justificaciones ideológicas generalmente imprecisas, rompieron barreras nacionalistas cerradas e introdujeron un cierto cosmopolitismo centralista, no fueron, en manera alguna, una confluencia fraternal y libre de voluntades diversas, sino la proyección de una ciudad o un país y de un hombre en la sumisión violenta de la voluntad de los demás a la ley del emperador y -como en "Las metamorfosis de la Ciudad de Dios" dice Étienne Gilson- "sería engañarse hacer de Augusto el leader de una revolución política de significación mundial, o de Alejandro el apóstol de la fraternidad y de la unidad del género humano. El verdugo de Calístenes no tiene derecho a ese honor y es una simple justificación de la fuerza lo que Augusto pedía al carácter sagrado de la ley... La Historia le atribuye (a Alejandro) la noble ambición de unir a todos los hombres en una misma copa de amor. Este género de copas es bien conocido. Son los emperadores los que las ofrecen y, ante todo, están llenas de sangre".

Sin embargo, como se reconoce ya en la "Fundamentación de una Pedagogía de la No-violencia y la Paz", es en el mismo mundo greco-romano, en los cimientos de nuestra civilización occidental, donde la escuela del Stoa pensaba ya en la unidad universal como idea llena de dinamismo ético y educativo, en la que el sabio, movido por una adhesión cósmica, debía sentirse integrado. Este pensamiento, tácito en Epicteto, fue expresado por Marco Aurelio al afirmar que "todos somos conciudadanos... y viene a ser el mundo un Estado universal", por lo que pudo añadir: "Como Antonino tengo a Roma por patria; como hombre, al mundo", pensamiento que de distintas maneras se encuentra en otros pasajes de sus "Soliloquios" y que refleja, en general, el cosmopolitismo propio del sabio estoico, que considera que ser ciudadano del mundo "es ser ciudadano de suprema ciudad, de la que las otras ciudades son como casas o familias". Sin embargo, emperador además de filósofo, cayó en la contradicción que le tendió la trampa del poder y, así, en su "Historia del pensamiento pacifista y no violento contemporáneo", puede con razón comentar Eulogio Díaz del Corral: "Lástima que la sangre que se vertió en sus campañas bélicas y en la persecución contra los cristianos manchen su reinado".

Séneca, filósofo y educador, se hace también amplio eco de esta verdad descubierta por el estoicismo y, afirmándola en su persona, se autoafirma ciudadano universal. Suyas son estas palabras: "Nosotros, con gallardía grande, no nos hemos encerrado en las murallas de una ciudad, sino que hemos abierto coloquio con todo el mundo y hemos profesado por patria todo el universo", porque "para el varón sabio son patria todos los lugares", ya que está animado por una conciencia de conciudadanía cósmica. "Piensa -nos dice- que en el momento de nacer yo vine a darte consejo: 'Vas a entrar en una ciudad común a dioses y a hombres, que abarca todos los seres", puesto que existen dos ciudades, una es "aquella a la que nos adscribió nuestro nacimiento" y la otra es "grande y verdaderamente pública y universal... en la que no atendemos a tal o cual ángulo del mundo, sino que medimos por el curso del sol los términos de ella".

Según el psicólogo y pedagogo Pierre Bovet en "El instinto luchador", este universalismo estoico "no dejaba lugar a la fuerza bruta" y, aunque algo inconcreto todavía, es infinitamente superior a su contemporáneo imperialismo político greco-romano, por lo que será en el futuro de la educación del ser humano una aportación pedagógica valiosísima en la evolución de la idea de ciudadanía mundial, a cuya realización interior y exterior, es decir, en el plano individual y en el plano social, en el de la educación y en el de la cultura, han encaminado sus esfuerzos, a través de los siglos, numerosos de educadores, ya que encarna, a través de variadas versiones y facetas, uno de los más elevados ideales educativos de paz y nos ofrece el crisol para la superación de los tribales antagonismos restrictivos y para el desarrollo de la "humanitas", es decir, de la humanidad y de los valores humanos universales contenidos en el corazón de todos y de cada uno nosotros, sin distinción de raza, lengua, nacionalidad, ideología, sexo, orientación sexual o religión.

Consciente de esta fuerza dinámica, en el himno del Día Escolar de la No-violencia y la Paz, titulado "Hermanos de las estrellas", se canta:

"Defensores de la vida,

sin armas para matar,

cual ciudadanos del mundo,

unamos para cantar

nuestro aliento, mensajeros

de Amor, No-violencia y Paz".

Concepto integrador de ciudadanía mundial que la educación para la no-violencia y la paz no puede olvidar, sino que, por todos los medios a su alcance, debe potenciar si no quiere convertirse en una operación cosmética de simple maquillaje oportunista utilizado por algunas políticas educativas regionales y nacionales para lavar su cara y disimular otros objetivos subyacentes en su currículo oculto.

30 de enero de 2003. XL Día Escolar de la No-violencia y la Paz. Una celebración independiente, libre y voluntaria. Una ocasión muy buena para despertar, cimentar y desarrollar la idea de la ciudadanía mundial en nuestros educandos e integrar este valor en el proceso continuado y permanente de la educación en todos sus niveles y en todas sus modalidades.

 

Llorenç Vidal

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Bibliografía:

 

Marco Aurelio: Soliloquios. Reflexiones morales (en Moralistas Griegos), trad. de Jacinto Díaz de Miranda, Edic.Aguilar, Madrid.

Lucio Anneo Séneca: Obras Completas, trad. de Lorenzo Riber, Edic. Aguilar, Madrid.

Étienne Gilson: Las metamorfosis de la Ciudad de Dios, trad. de Antonia García Sánchez, Edic. Rialp, Madrid.

Eulogio Díaz del Corral: Historia del pensamiento pacifista y no-violento contemporáneo, Edit. Hogar del Libro, Barcelona.

Lorenzo Vidal: Fundamentación de una Pedagogía de la No-violencia y la Paz, Edit. Marfil, Alcoy, y No-violencia y Escuela, Edit. Escuela Española, Madrid.

DENIP, No-violencia & Paz. Non-violence & Peace. Educación, Poesía y Arte: http://denip.webcindario.com

 

(Última Hora, Palma de Mallorca, 29 de enero de 2003

Escuela Española, Madrid), Ávilared.com (Ávila) y Málaga 2000 (Málaga), 30 de enero de 2003)

 

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