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El “Día Escolar de la No-violencia y la Paz” (DENIP),

una iniciativa surgida desde la base

 

por

Llorenç / Lorenzo Vidal

 

Estamos asistiendo últimamente al planteamiento y realización de proyectos en pro de la paz y la no-violencia propugnados por las estructuras de poder, generalmente del poder internacional, propulsados con todos los medios propagandísticos a su alcance, que son muchos, a todos los rincones del mundo y que son celebrados solemnemente en la sede de las Naciones Unidas por los representantes de países fuertemente armados. Y paralelamente surgen también iniciativas propulsadas desde instancias no gubernamentales que en su acción tienen como objetivo impulsar movilizaciones para influir en las estructuras de poder y con este propósito se entrevistan con presidentes, jefes de gobierno y ministros de distintos estados, que los reciben y atienden con toda cortesía diplomática, pero que luego siguen con toda normalidad dirigiendo ejércitos, manteniendo en sus países la fabricación, almacenamiento y tráfico ("legal", desde luego) de armamento convencional, atómico, químico y bacteriológico e, incluso, sosteniendo guerras en nombre de la paz. En este año 2010, cincuentenario de la muerte de Albert Camus, filósofo de la absurdidad, todo esto, en su compleja contradicción, me parece más que nunca una prueba más del sin sentido y del absurdo de este mundo, de nuestra sociedad y de esta existencia.

 

Y traigo este comentario aquí, con motivo del 30 de enero, "Día Escolar de la No-violencia y la Paz" (DENIP), no para ejercer una crítica, sino para que los educadores, educandos y ciudadanos que sienten amistad y simpatía por el mismo no lo confundan nunca con los proyectos oficiales o para-oficiales en uso, ya que el DENIP es algo mucho más sencillo. Es simplemente una iniciativa surgida desde la base en 1964 sin vinculación política ni confesional de clase alguna, que ha tenido la aceptación de miles y miles de centros educativos de muchos países y que, sin ninguna protección ni patrocinio oficial (sólo, después de muchos obstáculos en los primeros años, alguna autorización, algún pequeño apoyo teórico o una simple tolerancia, lo que le ha permitido sobrevivir), ha sido siempre, es y debe seguir siendo un mensaje y una acción de carácter no oficial, abierto, independiente, libre y voluntario, porque, como de dice en sus orientaciones básicas, es una actividad práctica que no tiene programaciones obligatorias ni normas estructurales de acción, ya que el "Día Escolar de la No-violencia y la Paz" es una iniciativa que, manteniendo un pequeño núcleo permanente de orientaciones pedagógicas, permite que cada escuela y cada colectivo o grupo de juventud lo aplique de una manera acomodada a su estilo didáctico propio.

 

Y ahora, cuando el DENIP ya está a punto de cumplir el medio siglo de presencia activa en el mundo de la educación, de difundirse internacionalmente y después de haber sido y seguir siendo una fuente propulsora y de inspiración expresa o tácita de numerosas iniciativas nacionales e internacionales posteriores, conviene insistir en que el núcleo de su vitalidad está en tres conceptos fundamentales: el concepto de fraternidad y amistad universal sin distinción de raza, de lengua, de nacionalidad, de ideología ni de religión; el concepto de paz positiva, que supera la noción convencional de paz armada, y el concepto de no-violencia, o sea, de la actitud de renunciar a matar y a dañar a los demás seres por medio del pensamiento, la palabra y la acción, concepto que está en la base y es el dinamismo impulsor de la no-violencia como forma de vida y como método de acción reivindicativa, además de ser una manera de fomentar y de ejercer la tolerancia, solidaridad y la compasión hacia todos los seres.

 

Practicado el 30 de enero -aniversario del asesinato del Mahatma Gandhi- de cada año (en este 2010 alcanza su 47 celebración ininterrumpida desde 1964) y en los países con calendarios escolares propios del hemisferio sur el 30 de marzo o alguna otra fecha próxima o propicia según cada región o nación, encuentra inspiración en el pensamiento y en la acción no-violentos no sólo del Mahatma Gandhi, sino también de Albert Luthuli, de Martin Luther King, de Lanza del Vasto, de Teresa de Calcuta y de los demás pensadores, contemplativos y activistas que a través de los tiempos y en las distintas latitudes han hecho de la no-violencia el eje de su vida y de su proyección social.

 

Por otra parte -conviene repetirlo para evitar interpretaciones sesgadas- aunque se practique durante uno o varios días y puesto que un día no es suficiente, debe ser el punto de partida y de apoyo para una educación en y para la fraternidad y la amistad universal, la tolerancia, la solidaridad, la concordia, la compasión, el respeto a los derechos humanos, no-violencia y la paz de carácter continuado y, en la medida de lo posible, permanente. Y en esta tarea deberían confluir coordinadamente las instituciones educativas, las familias y la sociedad. Conviene no olvidar nunca, como se dice en el Preámbulo de la Constitución de la UNESCO, que si las guerras nacen en la mente de los seres humanos, es en la mente de los seres humanos donde hemos de edificar las bases de paz.

 

Y, en este sentido, el "Día Escolar de la No-violencia y la Paz", desde su silenciosa sencillez y desde su modesta práctica en los centros educativos, busca ser una semilla educativa que, desde dentro, ayude a cambiar la mente y los corazones de los educandos -y educandos somos todos, en el sentido amplio de la palabra- y de esta manera ser un móvil para la construcción de una sociedad y un mundo más fraternales, mas amistosos, más compasivos, más solidarios, más respetuosos con la vida y con los derechos de los demás, menos violentos y más pacíficos. En la medida en que contribuya a ello, aunque sea solamente con el tamaño de un granito de arena, ya está justificada su fundación y su presencia en este desorientado, violento, caótico y absurdo mundo que nos ha tocado vivir. Sólo de esta manera, como se dice en el punto décimo del "Programa de Iniciación No-violenta", será posible "utilizar toda nuestra fuerza individual, colectiva y religiosa para transformar progresivamente las actuales estructuras violentas en estructuras no-violentas, que respeten en su integridad la 'Declaración Universal de Derechos Humanos', seguros que, de esta manera, rendimos un alto servicio a nuestro propio país y a la comunidad internacional".

 

Llorenç Vidal

 

(La Voz de Cádiz, 28 de enero de 2010, y

Última Hora, Palma de Mallorca, 29 de enero de 2010.

Reproducido en algunos blogs, como en La mirada de Jokin de 29 de enero de 2010)

 

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